Pues sí, en fin de año de nuevo de viaje, pero esta vez cerquita... sólo me desplazé a Portugal, para ver algunos de los más bonitos acantilados que se pueden ver sin tomar un avión. Un viaje cómodo y sin demasiadas complicaciones y con algún recuerdo bastante grato, como podéis ver. Y encima además de celebrar 2 veces la entrada al año, me llevé una gran sorpresa ya el día de Año Nuevo, porque nos dijeron desde el otro lado del Océano a las 12.05 minutos que ¡¡¡¡voy a ser tía!!!!, je, je, je... La cara, bueno, la voz de mi padre por el teléfono era increíble: "¡Por fin! ¡por fin!, je, je... Este año empezó muuuuy bien para todos.
