lunes, 15 de noviembre de 2010

Año italiano

Pues sí, este año ha sido un poco italiano, y además me ha dejado muuuuuy poco tiempo para hacer nada.
En Semana Santa llegó Nápoles, Sorrento y la Costa Amalfitana, una maravilla de viaje, con ciudades muy curiosas como Nápoles, con mucha vida y gente un poco extraña; el Vesubio, que deja sin palabras (aunque confieso que me gusta más nuestro Teide, je, je); "ciudades" como Herculano y Pompeya, que qué decir de ellas, increíbles... y por supuesto la Costa Amalfitana, impresionantes paisajes y coquetos pueblecitos (para muestra un botón).
A continuación llegó el viaje del verano, esta vez La Toscana... qué decir de Florencia, Pisa, Siena, San Gimignano, Volterra, Arezzo, Lucca y Cortona... dejan sin palabras. Una vez que has ido entiendes eso de que el síndrome del turista no es sólo el jet-lag, que también puede ser por exceso de información en poco espacio (el síndrome de Stendhal): demasiada cultura y poco tiempo para disfrutarla. Al menos, tomamos ricos helados para reducir el stress, je, je.
Y para terminar el año italiano, la eterna Roma, ciudad de ciudades, reina del imperio y una de las ciudades con mayor historia que se puede visitar. A pesar del tiempo, que siendo ya noviembre es normal que llueve, o precisamente por él, impresionante, vieja y maravillosa.
Y mientras tanto he visto Daimiel y Ruidera como nunca en la vida, llenas a rebosar de agua y casi desbordadas; un par de paseitos por Burgos; regreso a Berlín para pasear por esta verde y magnífica ciudad; Córdoba y Medina Azahara, siempre maravillosas y regreso a Flandes para comer chocolate y chocolate y más chocolate, je.

1 comentario:

  1. bueno bueno... por fin has puesto algo de interes en el blog... tras....10 meses de espera!!!
    jejeje
    a ver si me aplico el cuento y actualizo un poco también el mio!

    ResponderEliminar