martes, 19 de julio de 2011

Pero antes...


Un viaje de reencuentros, sí, me volví a encontrar con mi preciosa sobrinita, y pasé tres semanas de vorágine, llegada, múltiples despedidas y recogida a toda prisa del piso en el que habían vivido 4 añitos y habían tenido mil experiencias para volver a casa a que toda la familia (y especialmente algunos que no pudieron viajar a las lejanas tierras del oeste americano) conocieran a la peque Irene. Y tras un alocado viaje de regreso, llegamos con la peque americana para que su abuelo pudiera tenerla en sus brazos y le enamorara igual que a todos los demás.

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